RECETAS

GALLETAS DE AVENA & CHIPS DE CHOCOLATE SALUDABLES

Creo que no existe ninguna galleta en los mercados que sea saludable. Siempre tienen azúcares escondidos, grasas poco saludables, ingredientes que no sabes ni de dónde salen y, aunque está claro que la vida está para disfrutarla, tenemos que cuidarnos y buscar opciones más saludables para el día a día. 

Hacer recetas de repostería saludable conlleva muchas pruebas y darle vuelta a muchos ingredientes hasta que consigues una receta que te convence. Sin embargo, estas galletas es la primera vez que las preparo y me ha gustado el resultado, quizás las esperaba un poco más crujientes pero mojadas en leche me han encantado. 

¿Te gustaría prepararlas? ¡Vamos con la receta!


GALLETAS DE AVENA & CHIPS DE CHOCOLATE SALUDABLES
Ingredientes para 6 galletas: 

  • 80 g de harina de avena
  • 40 g de harina de almendra o almendra molida
  • 1 huevo
  • 2 cucharadas de AOVE (aceite de oliva virgen extra)
  • Esencia de vainilla al gusto
  • 2 onzas de chocolate al 85%
  • Una pizca de sal 
  • 4 cucharadas de edulcorante que más te guste (pasta de dátil, eritritol...)
Preparación:

Lo primero que haremos es precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo, sin ventilador.

En un bol amplio agregamos el huevo junto con la pizca de sal, la esencia de vainilla, el AOVE y el edulcorante.  Batimos hasta integrar. 

Agregamos las harinas, mezclamos y veremos que se vuelve una masa pastosa difícil de trabajar con un batidor manual. 

Picamos en cuadritos pequeños las onzas de chocolate y las agregamos al mezcla integrándolas. 

Ahora ha llegado el momento de darle forma a nuestras galletas. Vamos cogiendo porciones de masa (más o menos todas del mismo tamaño), les damos forma de bola y ponemos sobre una bandeja con papel de horno. 

Una vez formadas todas las bolas, las aplastamos dándoles forma de galleta. 

Las llevamos al horno a 180ºC durante 25 minutos

Pasado el tiempo, las sacamos del horno y dejamos unos 10 minutos sobre la misma bandeja donde las horneamos. Luego, las pasamos a una rejilla para que terminen de enfriar por completo. 

Y ¡listas para comer! 

Millones de besos 

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